martes, 27 de octubre de 2009

Humillación semántica

Hoy la clase comenzó con una suerte de sermón por parte del adefesiero, jaja. Bueno, lo llamo así porque el apodo le cayó así de sopetón y como que se niega a dejarlo. En fin, el dizque maestro nos dijo que había notas buenas y otras no tanto. Y también que hay notas bajas de aquellos que han tenido buenas intervenciones en clase pero que de una u otra manera no supieron desarrollar afortunadamente las preguntas propuestas.

Hasta ahí estaba como siempre, angurriento en mis pensamientos. Pero algo me decía que se refería a mí (aunque finalmente no fue exactamente a mí, me cayó un guante de todas maneras). Igual, no me interesaba, dije. Pero viendo todas las sonrisas por doquiera, las caras de regocijo que me envolvían, no pude más que darme cuenta de que era uno de los dos patéticos estropajos que obtuvo nota mezquina.

Uhm, hasta ahí, bien. Pero leí las anotaciones que me hiciera en el cuadernillo calificado y la que se armó en mi alma... Me decía de modo sosegado, serio y parco que le parecía un revoltijo incongruente, las ideas estallaban, no existía una unidad en todo el esquema del examen. Qué golpe bajo. Fue fatal. Comencé a cuestionarme seriamente mi existencia. Mi destino, mi camino, mis errores, mi vida. Por Dios, no era para tanto.

Aunque ciertamente no era para tanto, un dolor angustiante permanecía en mi interior. No salía a relucir a la vista de los que ni me tienen atención, solo se manifestaba con algunos gruñidos que daba y mi burda demostración de estulticia. Sí, sin reparo ni detenimiento, mostraba a diestra y siniestra mi pordiosera calificación ante los ojos pueriles de soquetes que hablaban de sus conversaciones de chat y con acentos repugnantes a mis oídos.

Pues nada, hoy me sentí soslayado por casi todos. Hasta el profesor mismo luego que me decidiera yo mismo a no participar nuevamente en las clasuchas esas, pues no resistí la tentación de aclarar ciertas nociones que no iban a ningún lado con las aportaciones endebles de mis dizque futuros colegas. Y sí, me dio la estocada final ante el paupérrimo estado en que se hallaba mi alma, apenas viviente. Ese hálito de armonía y positivo pensamiento se fue como fácil vino, así tan de repente.

Con determinaciones vagas salí del claustrofóbico salón para caminar, caminar y pensar en algo nuevo, una nueva esperanza, una posibilidad del ser. Mis energías aún eran las mismas, pero mi confusión fue suma. Y sin más quise huir de todo pero eso jamás se logra conmigo. Un cosquilleo humeante a las afueras me devuelve el misterio al cuerpo, a esa carne acaso pútrida de su centro. Espero que no me arrastre la humanidad que poseo, y pueda al menos cubrir las pepas que habré dejado con un pañuelo que he de devolver.

jueves, 22 de octubre de 2009

guarani buscado

Estaba tratando de encontrar el blog de un paraguayo que escribe todas sus entradas en guaraní. Me gustó lo que vi, la presentación, pero no entendí nada. Obvio, no sé guaraní. De todas maneras parece que hay mucho por disfrutar, espero algún día siquiera comprenderlo.

Aunque por lo que sé se escribieron muchas cosas en guaraní allá por las épocas coloniales. Si bien es cierto los escritos abundan no es la misma lengua, en términos de inteligibilidad, aquel guaraní. Se trata del guaraní jesuítico. Otrora la lengua koiné o lingua franca de las reducciones jesuíticas tan prósperas y peligrosamente autónomas del poderío y administración hispánica que finalmente tuvo su fatídico final. Pese al caudoloso material, y al elaborado manejo de la lengua (incluso con mucho de la influencia barroca de la época), es poco probable que vuelva a la vida. Se trata como dije de una lengua, si bien emparentada con el guaraní paraguayo-moderno, ésta no se deriva de ella.

Es muy grande el conjunto de lenguas tupi-guaraní en la zona amazónica, por ello no es de extrañarnos que la lengua haya desarrollado diversos recursos estilísticos tan distintos como diversos en cada grupo humano. Aunque quizás pueda tomar de éste guaraní jesuítico algunas figuras, el guaraní moderno es lengua viva, y a ver cómo le va... Les dejo la dirección del blog:

http://www.guaraniete.blogspot.com/

y de paso una linda página de poemas entre los cuales le dieron su espacio al guaraní:
http://pouemes.free.fr/poesie/la_glace/guarani.htm

y una de un pasquín escrito en guaraní durante esa guerra de la triple alianza:
http://www.staff.uni-mainz.de/lustig/guarani/cacique/
http://www.staff.uni-mainz.de/lustig/guarani/linguistica.htm

y otra sobre un movimiento literario que se llama tangara:
http://www.romanistik.uni-mainz.de/guarani/tangara/

y bueno, una que parece que algo dice:
http://www.datamex.com.py/guarani/

ahí los vidrios

jueves, 1 de octubre de 2009

Un centavo impuro

A mí no me gustaría que me engañasen cuando compro alguna cosa en una de esas bodeguillas que proliferan como llagas de varicela en un cuerpo incauto... por doquiera.
Pero luego, luego, mis valoraciones se trastocan y sin percatarme, ya estoy del otro extremo de la senda. Y si es que estamos donde estamos, y vivimos como vivimos (¡claro está!), buscando sobrevivir en las arenas o entre el polvo asqueroso que nos ahoga, pues me vale madre entonces algún lloriqueo de ‘moralino’ aburrido que está de acusete viendo quién se tira el pedo.

Todo circula, y, si ha de devolvérseme la maldición por mi dizque impura acción, entonces que así sea. Todo da vueltas. No tengo de otra. Y cuando me crea feliz vendrá un cáncer, o apenas asome una alegría en el pecho, ahí mismito me arrollará la porquería de micro. Nunca se sabe con estas cosas. Todo es tan falso y ridículo que cuando se creen los poderosos, otros están que gozan sus poderes y ni cuenta se dan; y cuando crea darse cuenta, los gusanos se estarán largando ya de su fosa en busca más inmundicia cadavérica.

Pero, en fin, qué más se puede esperar de esta especie posesa, alma indecisa, confusa, olvidadiza. Su maldición quizás sea esa. O su gran virtud. Nunca se sabe.