jueves, 27 de mayo de 2010

Metropolitano

Esa peste que llaman Metropolitano, Dios no quiera que en verdad lo sea. Es que tanta alharaca por doquiera para que a las finales nos vengan con una millonada malgastada en un juguetito que destruyó la ciudad y se unió al club del caos.

Más bien viendo a tanto datero en las calles y combis que son el sustento de miles de gentes pues sería un shock cataclísmico el que se anule todo lo existente en pro del bienestar de otros miles de gentes. Quizás la solución sea más simple de lo que parece. Por ejemplo hace un par de semanas en un estado de contemplación limense noté que había custers unas más destartaladas que otras y buses modernos ambos de la misma empresa. También lo apurados que van con sus tarjetitas para que les marquen la hora de llegada. Los paraderos que sí se respetan y en qué distritos, pues hay distritos y DISTRITOS. Y no era nada del otro mundo cuando una luz me iluminó... creo.

La solución, me parece, es la de estandarizar los buses, los horarios, a los cobradores y a los dateros. Un sistema que sea controlado por los dateros, grandes paraderos y quizás pagos computarizados.

Esta simple idea es mil veces más económica (el silencio castañuela), más ecológica (pobres arbolitos del Sinchi Roca), más controlada (buses que cumplan estándares), y más social (todos mantienen sus empleos e incluso mejoran su calidad de vida).

Hay gas, aprovechemos eso. Rescatemos las ciclovías. Tantas cosas que se pueden lograr sin calco ni copia. Lamentablemente, no hay voz ni voto.

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